En el PRI, Alito por debajo de Enrique de la Madrid
Ricardo Anaya al frente de los panistas
Agencia Libertad (ANI) (México, 8 de julio).- ¿Quién le gustaría que fuera el próximo Presidente de la República? La pregunta parecería difícil de responder, sin embargo, los números podrían acercarnos a la respuesta.
De acuerdo a una encuesta realizada por Electoralia, ejercicio en el que participaron 32 mil personas en todo el territorio nacional, el sucesor de Andrés Manuel López Obrador podría surgir del mismo partido del hoy Ejecutivo Federal, ya que el 58 por ciento de las preferencias marcan a Morena como el claro favorito para ganar la elección del 2024.
Alejandro Moreno es el ejemplo perfecto del político mexicano que se niega a morir, aun sabiendo que ya no aporta nada, ni al debate público, ni a la posible reconfiguración de su partido. Su gestión ha sido una verdadera tragedia para el PRI, que ya de por si venía en picada tras el sexenio de Enrique Peña Nieto.
La crisis de Alito, por Edomex; Peña Nieto perdería su bastión
Como las fechas políticas señalan que Alejandro Moreno Cárdenas Alito terminará su periodo el 19 de agosto de 2023 y por lo tanto no manejara las candidaturas de 2024, la ofensiva de expresidentes del partido para adelantar su salida tiene que ver solo con la elección de gobernador en el Estado de México en junio del 2023.
• El partido en crisis, pero a tiempo: Evodio Velázquez • El PRD cambia la estrategia y se renueva, o termina su historia, advierte
El consejero nacional del Partido de la Revolución Democrática, Evodio Velázquez Aguirre, advirtió que de no haber cambios profundos y radicales en esta institución política, tenderá a desaparecer.
La oposición política en México adopta el ataque como argumento táctico para lo que resta del año y quizá del sexenio. El ataque es quizá su única alternativa de sobrevivencia del PRI, del PRD y para mantener viva la
La oposición sigue sin entender el mensaje del electorado. El triunfalismo de los presidentes del PAN, PRI y PRD, tras el pasado proceso electoral, es un mero pretexto para mantenerse en el cargo y seguir disponiendo de recursos, posiciones y candidaturas. Todo ello, claro, sin tomar en cuenta a los ciudadanos de a pie.
Si alguien me preguntara si estoy de acuerdo en que la población civil esté armada, llanamente respondería que no, que prefiero que se cumpla la definición mínima de Estado en que éste reserva para sí el monopolio de la violencia.