Por Arturo García Caudillo Agencia Libertad ANI (México, 22 de junio).- Aunque ayer informó sobre este caso, fue hasta este miércoles cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador envió las condolencias a la comunidad eclesiástica nacional e internacional por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Medina.
“Mis condolencias a la Compañía de Jesús, a los jesuitas de México, del mundo, por estos lamentables hechos sucedidos en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, en el municipio de Urique, donde dos sacerdotes que llevaban mucho tiempo trabajando en esa zona marginada, pobre, sacerdotes de alrededor de ochenta años. Es una misión que lleva mucho tiempo trabajando para las comunidades”, expresó el Primer Mandatario.
Informó que estos dos religiosos no fueron los únicos afectados, ya que los responsables levantaron a otras personas, “y también ya comprobado, un civil, y hay todavía dos desaparecidos, una de ellos la esposa de una de las víctimas”.
Comentó que aunque la Fiscalía de Chihuahua es la encargada de la investigación, el Gobierno de la República ya está colaborando a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena): “Lo que nos importa ahora es encontrar los cuerpos y detener a los responsables. Vamos a estar informando sobre los avances”.
Mencionó que esa zona de Chihuahua lleva años infiltrada por la delincuencia, que ahí se han cometido otros crímenes, como aquel en la estación Creel, en 2008, donde un comando armado asesinó a 13 personas.
Aseguró que ya se tiene identificado al asesino, quien contaba con orden de aprehensión: “Este delincuente señalado como el responsable de los asesinatos, porque incluso fue identificado por uno de los sacerdotes, también está acusado con orden de aprehensión desde el 2018, porque asesinó a un turista estadounidense”.
Finalmente, comentó que el día del asesinato había más gente en la iglesia, que no secuestraron a todos, pues incluso dejaron en libertad a una niña.
