Arturo García Caudillo Agencia Libertad ANI (México, 14 de julio).- El presidente Andrés Manuel López Obrador negó que la inversión que su gobierno realizará en la frontera norte por mil 500 millones de dólares, haya sido una imposición de los Estados Unidos, pues se trata de un proyecto amplio que llevaba tiempo preparándose.
“Algunos expertos hablan de que nos impusieron ese plan, cuando llevamos ya tiempo proyectándolo y ya aplicándolo. ¿En qué consiste? En mejorar las aduanas, que haya un mejor servicio. Incluye mejorar el tráfico en Tijuana, con un segundo piso en toda la zona fronteriza. Es una inversión de más de diez mil millones pesos. En el caso de Sonora es mejorar las aduanas de San Luis Río Colorado”, explicó el mandatario mexicano durante su tradicional conferencia Mañanera.
Esta inversión incluye también la construcción de un libramiento y de otra aduana en Sonora; la ampliación de las aduanas de Piedras Negras y Nuevo Laredo, y la creación de las oficinas de la Administración de Aduanas.
Y es que en el comunicado conjunto emitido tras la reunión del 12 de julio entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, se informó que México se comprometió a invertir en los próximos dos años, mil 500 millones de dólares para reforzar su infraestructura fronteriza. Estos recursos complementarán los 3 mil 400 millones de dólares que Estados Unidos ya ha asignado para llevar a cabo 26 proyectos de construcción y modernización de sus cruces fronterizos a fin de garantizar la seguridad y las cadenas de suministro.
ATAJA CRÍTICAS EN REDES SOCIALES
Por otro lado, López Obrador respondió a las críticas en redes sociales sobre su forma de sentarse y en general sobre su postura durante el mensaje a medios en la Casa Blanca, asegurando que sí sabe de modales y de buenas costumbres: “Creo que por eso también me siento como me siento siempre, porque aunque he leído el Manual de Carreño, pues uno debe ser auténtico. Me sentía cómodo y abrí un poco las piernas, porque estaba yo tranquilo, esto no es un asunto de urbanidad y buenos modales, aquí va uno a tratar lo que interesa”.
Y añadió que sus adversarios son sus principales críticos y se sienten expertos: “¡Ah!, pero no es visita de Estado, dijo un experto, o experta, que es una visita oficial, que es una visita de Estado, que es una visita de trabajo. Toda esa formalidad casi monárquica les fascina. Y que no me desabroché el saco. No, pues se me iba a ver la panza y entonces, miren la panza por la barbacoa, y los tamales de chipilín, los chanchamitos, los tlacoyos, y la torta de chilaquil, la guajolota”.
Además, concluyó, le avisó a Biden que se iba a tardar, y como es una persona comprensiva, no puso ninguna objeción: “Le dije al presidente antes de que entraran los medios: voy a tardar, ¿eh? Y casi le dije, no hablo de corrido y tengo varios temas que tratar con usted. Me dijo, usted no se preocupe. Entonces, da confianza para hablar de manera sincera con él. En lo personal y en lo público considero que el presidente Biden es una buena persona, de buenos sentimientos, y eso ayuda mucho, porque cuando uno trata con personas malas, es más difícil».
