HALLAN CABEZA DE MÁS DE MIL 300 AÑOS EN PALENQUE

Luis Galindo

Agencia Libertad ANI (México, 31 de Mayo).- Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hallaron una cabeza estucada del joven dios del maíz, que tiene una antigüedad de más de mil 300 años, en un pasillo de El Palacio, Palenque, en Chiapas.

Mediante un comunicado de la oficina de prensa del INAH, informó que la escultura es el eje de una ofrenda que se dispuso sobre un estanque, emulando el ingreso de la deidad al inframundo, en un entorno acuático.

El descubrimiento se registró durante el proyecto “Conservación Arquitectónica y de los Acabados Decorativos de El Palacio, la cual contó con recursos del Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural, auspiciado por el Gobierno de los Estados Unidos.

El equipo interdisciplinario que integra la iniciativa codirigida por el arqueólogo Arnoldo González Cruz y la restauradora Haydeé Orea Magaña, observó una cuidadosa alineación de piedras mientras retiraba el relleno de un pasillo que conecta las habitaciones de la Casa B de El Palacio con los de la adyacente Casa F.

“El descubrimiento del depósito nos permite empezar a conocer cómo los antiguos mayas de Palenque revivían de manera constante el pasaje mítico sobre el nacimiento, la muerte y la resurrección de la deidad dek maíz”, sostiene el investigador del Centro INAH Chiapas, Arnoldo González Cruz.

El comunicado agrega que el arqueólogo y sus colegas Carlos Varela Scherrer y Wenceslao Urbina Cruz, quienes asistieron como jefes de campo, detallan que la cabeza estucada –con una longitud y un ancho máximos de 45 centímetros y 16 centímetros de manera respectiva, y 22 centímetros de altura- guardaba una orientación este-oeste, lo que simbolizaría el nacimiento de la planta del maíz con los primeros rayos del Sol.

La escultura, la cual debió ser modelada alrededor de un soporte de piedra caliza, tiene características gráciles: el mentón es afilado, pronunciado y partido; los labios son finos y se proyectan hacia afuera –el inferior ligeramente hacia abajo- y muestran los incisivos superiores.

Así como los pómulos son finos y redondeados, y los ojos, alargados y delgados. De la frente amplia larga, aplanada y de forma rectangular, nace una nariz ancha y pronunciada.

Otro vestigio, por demás significativo, son los fragmentos de un plato trípode sobre el que se dispuso la escultura, ya que esta se concibió originalmente como una cabeza cercenada. Tal idea surge al contrastar la iconografía del joven dios del maíz en otras piezas y documentos, como una serie de platos del periodo Clásico Tardío (600-850 d.C.), una vasija de la región de Tikal, del Clásico Temprano (150-600 d. C.).

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