*Trato de compararse con Lázaro Cárdenas del Rio padre de la expropiación Petrolera
*Hablo del enemigo número uno de su sexenio y que no podía estar ausente, Felipe Calderón
*Tres «corcholatas» a un lado del amo el otro perdido entre la multitud
Por Redacción Agencia Libertad ANI (México 19 de marzo de 2023).- Bajo un cielo gris como ha sido su sexenio, la fiesta de López Obrador comenzó puntualmente a las 17:00 horas. Otro día festivo para el guia moral de Morena y también para darles un mensaje de «alegría a sus seguidores». Las tres corcholatas, Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard, se inclinaban ante el hombre que con su dedo va a decidir quien será supuestamente su sucesor en 2024. El pretexto la conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas.
Gente que llegó desde el viernes en la noche y el sábado desde temprana hora lo hicieron a bordo de camiones de turistas, del servicio de transporte público y peseras. Muchas de ellas ni siquiera sabían para que las habían llamado pero que tenían que cumplir con el llamado de su líder, quien debía cumplir un número determinado de asistentes para no ser sancionado o correr el riesgo de que lo quiten de la lista de aspirantes a cargos de elección popular.
Un Zócalo lleno, si pero con gente sin convicción, sin ideales y que asiste a las convocatorias que les hace líder que aspiraba a la gubernatura de Tabasco por el PRI y al no lograrla hace de cerca de 30 años encabezo una movilización hace más de 30 años para incendiar pozos petroleros y que después desapareció misteriosamente cuando llegó Manuel Camacho Solís, colaborador cercano en esos tiempos a Salinas de Gortari, y le entregó un portafolio.
Ese mismo hombre que vive en Palacio Nacional desde hace cuatro años y que ayer afirmó que rumbo al 2024 no hay nada que temer porque habrá continuidad con cambio y quien resulte abanderado de su movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo, trajo a la ciudad de México a cientos trabajadores de limpia para protestar frente a la caso de Xicotencatl, antigua sede del Senado de la república, los abandono a su suerte por varios días y que que tuvo que salir Diego Fernández de Cevallos a platicar con ellos y después de eso regresaron a Tabasco y nadie sabia donde estaba el de Macuspana.
Al celebrar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, ante un Zócalo repleto y frente a las corcholatas presidenciales —Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López—, pero con las ausencia de Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de asesores y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fundador del Frente Democrático Nacional y del PRD, nieto e hijo del general Lázaro Cárdenas, afirmó:
«“Estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación. Está asegurado en la continuidad con cambio, no hay nada que temer. Eso sí, tenemos que mantenernos unidos, mirando siempre hacia el porvenir y la felicidad de nuestros semejantes”, cuando el número de pobres a crecido en el país, así como el desempleo y la inflación, con una economía estancada.
Sólo tres corcholatas tuvieron el privilegio de estar junto al «elegido» en el templete para conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, “mis hermanos”, como les llama el Titular del Ejecutivo. Fue el momento ideal para armar la pasarela y medir fuerzas.
A muchos metros de distancia, a ras de suelo, el llamado rebelde, Ricardo Monreal, el cuarto en discordia, sí fue convocado, pero no tuvo un lugar junto a la “crema y nata” de la Cuarta Transformación.
El zacatecano, el otro aspirante que lucha sólo contra esa nueva clase política y también de ex priistas vestidos guinda y no lo quieren dejar pasar para luchar por esa candidatura a la que tanto aspira, porque ya no cuenta con «la bendición» de López Obrador, se encontraba perdido entre la multitud, era uno más de los asistentes o «acarreados» como se les dice popularmente.
Luego la amenaza contra los partidos de oposición o contra aquel que se atreve a luchar por la defensa de la democracia y las instituciones que ahora están en riesgo de paralizarse como el INAI y el INE, llegó y fue contundente:
“Hagan lo que hagan” no regresarán al poder los oligarcas porque continuará prevaleciendo en el país una auténtica y verdadera democracia».
Llamó a sus simpatizantes a no zigzaguear y seguir anclados en sus principios porque no se permiten las medias tintas, y “no aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y empobrecimiento de las mayorías”, sin embargo, en lo que va de su administración se ha olvidado de los niños de con cáncer, de las miles de mujeres asesinadas, de haber cerrado las estancias infantiles y la desaparición de los fideicomisos, de haber eliminado las escuelas de tiempo completo.
En su discurso de una hora y tres minutos, ante «los floreros» de su gabinete legal y ampliado, legisladores y gobernadoras de Morena, y sus remoras el PT y PVEM, se refirió a la polémica que hay con legisladores republicanos de Estados Unidos por el combate al fentanilo por grilla y con fines electoreros.
Refirió que si México no detiene el tráfico de ese opioide propondrían al Congreso de Estados Unidos que soldados estadounidenses ocuparan nuestro territorio para combatir a la delincuencia organizada.
Luego habló del enemigo número uno de su administración, no de la corrupción, ni del amiguismo, ni tampoco de la pobreza o del enriquecimiento de su familia o de la presencia del narcotráfico en los procesos electorales o de su amistad con los allegados del «Chapo» Guzmán, sino de Felipe Calderón Hinojosa, quien en 2006 le gano la presidencia por unas décimas.
“Primero, quiero dejar de manifiesto que ya no es el tiempo de Felipe Calderón y de [Genaro] García Luna, ya no es el tiempo de los vínculos turbios entre el gobierno de México y las agencias del gobierno de Estados Unidos. Ahora no hay simulación y de verdad se combate a la delincuencia organizada y de cuello blanco porque no existen relaciones de complicidades con nadie”.
Les recordó “a esos políticos hipócritas” que México es un país libre, no una colonia o protectorado de Estados Unidos, pero se le olvido decir que durante el gobierno de Donald Trump la Guardia Nacional y el personal del Instituto Nacional de Migración detuvieron los flujos de migrantes que año con año intentan llegar a la Unión Americana y también los calificativos que hizo el republicano de los mexicanos que eras unos delincuentes y asesinos.
“Podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria. Cooperación, ¡sí!; sometimiento, ¡no!, intervencionismo, ¡no!”, arengó. Por en privado se reúne con los funcionarios de la Casa Blanca en Palacio Nacional y nadie sabe de lo que acuerdan, ni informa «al pueblo».
Destacó que se está garantizando la soberanía petrolera del país y que en 2024 no se comprarán gasolinas, diesel ni otros petrolíferos en el extranjero, porque se va a procesar toda nuestra materia prima, sin embargo, no dijo nada de que Petróleos Mexicanos tiene una enorme deuda y recibe apoyos millonarios del Gobierno federal para que viva «artificialmente» y que es de las peores calificadas por organismos financieros internacionales, cuando en otros sexenios era un pilar de la economía.
Para ello se «fortaleció» a Pemex y la CFE, encargada de administrar la industria eléctrica más contaminante del mundoy, recientemente, se nacionalizó el litio, mineral estratégico que costará millones de pesos sacarlo del subsuelo, pero no habló de las energías limpias que ya son utilizadas en otros países para generar energía eléctrica o combustibles.
El pretexto fue lo de menos. Un aniversario más de la Expropiación Petrolera y un discurso presidencial donde recordó los logros del general Lázaro Cárdenas e intento comparar su política energética con aquel capítulo de la historia del país.
Frente a la Bandera Nacional ondeando, ahora si, en el Zócalo de la Ciudad de México, atiborrado de gente llegada de todo el país, las tres corcholatas, Adán Augusto López, Sheinbaum Pardo y Ebrard Casaubón— felices veían a la militancia, los seguidores fieles del Presidente, los que llegaron acarreados por líderes, alcaldes, gobernadores y legisladores de Morena, así como beneficiarios de programas sociales.
La «regente» como le dicen ahora y que como delegada autorizó la ampliación del Colegio «Rebsamen» y que en 2017 se vino abajo por el sismo donde fallecieron decenas de niños y que se lavo las manos como Poncio Pilatos para no asumir su responsabilidad fue la primera en salir por la puerta Mariana de Palacio Nacional acompañada de los demás gobernadores del oficialismo y
Efímeros, tímidos gritos de “¡presidenta!” de morenistas de Hidalgo fueron opacados por la aparición del exfutbolista y gobernador de Morelos: “Cuauhtémoc”, “Cuauhtémoc” y “América”, “América”, para recordar el clásico de este sábado.
Minutos después apareció el ex colaborador de Camacho Solís, quien en el sexenio de Vicente Fox Quesada fuera incapaz de salvar de la turba a varios policías que fueron linchados, siguió de largo ante el saludo del pueblo “bueno y sabio” que esperaron atentos la pasarela de las corcholatas.
Adán Augusto López, el supuesto hombre de la conciliación o negociación, pero que en la práctica se dedica a criticar y golpear políticamente a los enemigos de su amigo de Tabasco, llegó al templete unos minutos antes que el Presidente y directo, en mangas de camisa, saludó a funcionarios y demás corcholatas.
Todos juntos, puntuales, a las 17:00 horas, aplaudieron a su «maestro o hermano mayor» cuando subió a la gigantesca tarima donde ya lo esperaban Manuel Bartlett y Rocío Nahle, quienes han cumplido muy bien su tarea de llevar a Pemex a ser una de las peores empresas petroleras a nivel mundial, y el resto de «floreros».
