*Para el año 2050 se espera que se hayan generado 25 mil millones de toneladas de desechos plásticos
*La mayoría de estos productos van a terminar en los océanos
Redacción Agencia Libertad ANI (México 15 de junio).- El ser humano en un afán de embotellar todo, conservar alimentos, guardar cosas o tirar sus desechos, ha convertido desde hace 72 años al mundo en un gran basurero y se pronóstica que para 2050 la producción de plástico y el manejo de estos residuos habrá generado más de 25 mil millones de toneladas y la mayoría terminará en los océanos.
El catedrático del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, Jorge Feliciano Ontiveros Cuadras, explicó que la manufactura a gran escala de este material comenzó en la década de 1950, después de la Segunda Guerra Mundial.
Mencionó que el 51 por ciento de todo el plástico producido desde año nunca ha sido reciclado y se ha desechado y acumulado en los ecosistemas.
Además, dijo, el 31 por ciento se encuentra en uso mientras que 12 por ciento ha sido incinerado, nueve por ciento se ha reciclado y casi 10 por ciento se ha reciclado en más de una ocasión.
Sin embargo, advirtió, el problema crece con los micro plásticos, partículas de un tamaño menor a cinco milímetros y que han sido clasificados como contaminantes emergentes debido a su amplia distribución en el orbe, sobre todo por las afectaciones negativas que causan en los hábitats terrestres y acuáticos.
El investigador universitario explicó que hay dos tipos de micro plásticos: primarios y secundarios. Los primeros son fabricados de ese tamaño para su uso en productos de belleza, medicinas, artículos del hogar e incluso industrial. Los secundarios proceden de la fragmentación de la basura plástica o los macro plásticos que se degradan bajo la acción del oxígeno atmosférico, la radiación ultravioleta y la actividad bacteriana.
Aclaró que los plásticos ya sean macro o micro, tienen diferentes densidades, lo que define su distribución y acumulación en el océano.
Indicó que los polímeros más densos que el agua de mar, como es el PVC o el PET, rápidamente se hunden y se depositan en el fondo marino, mientras que los menos densos como polietileno o el polipropileno flotan. Ambos son arrastrados a grandes distancias por las corrientes oceánicas.
Hizo notar que la mayoría de esos plásticos se origina en los continentes y son arrastrados por los ríos hacia las costas del mar abierto.
De hecho, puntualizó, se ha estimado que 80 por ciento de las emisiones provienen de Asia, un territorio que agrupa 60 por ciento de la población mundial.
Además, agregó, 35 por ciento de la basura plástica flotante se encuentra en el océano Pacífico norte.
Su toxicidad, alertó Ontiveros Cuadras, se puede abordar bajo dos escenarios. El primero muestra las distintas formas micro plásticas con diferentes grados de envejecimiento o degradación, y dependiendo del uso final que se le da durante su fabricación, pueden adicionar sustancias potencialmente tóxicas para inferirles ciertas características al material.
Esas sustancias, agregó, pueden ser compuestos orgánicos como el bisfenol A o metales susceptibles a ser liberados con la fragmentación o la degradación del plástico.
En el segundo escenario, prosiguió, es en la superficie de los micro plásticos donde se desarrollan capas o películas orgánicas en el océano. Éstas tienen la capacidad, dijo, de absorber a otros contaminantes durante su tránsito en el medio ambiente, como son metales de tipo mercurio, plomo, o también hidrocarburos o plaguicidas.
De hecho, externo, pueden convertirse en una vía de dispersión de todas estas sustancias tóxicas.
Además, comentó, estos revestimientos orgánicos modifican la densidad del plástico. Por ejemplo, si tenía una densidad baja y la corriente lo transportó durante largas distancias y se pegó está película orgánica, la densidad aumenta.
En vez de ser transportado por las corrientes, acotó, viajará a través de la columna del agua para depositarse en los sedimentos marinos o costeros.
Alerto que el problema aumenta porque los micro plásticos son ingeridos por la biota de los ecosistemas marinos y es transferido de presas a depredadores por medio de la cadena alimenticia.
Señaló que esos micro plásticos liberan sus contaminantes en el organismo y son incorporados a tejidos y células. Los efectos nocivos incluyen desde obstrucción intestinal, estrés, inhibición de enzimas gástricas, retraso de la ovulación e inanición, anormalidades reproductivas hasta cáncer.
Recordó que un estudio reciente detectó micro plásticos en 16 especies marinas de consumo humano procedentes de la costa de Ecuador.
Los contaminantes, afirmó el investigador del ICMyL también se han encontrado en agua potable, agua embotellada, cerveza, sal, azúcar e incluso miel.
Dio a conocer que un equipo de investigadores del instituto trabaja con el proyecto internacional del RLA 7025, apoyado por el Organismo Internacional de Energía Atómica que agrupa a 15 países de la región de América Latina (AL) y el Caribe.
El objetivo, explicó, es contribuir a la conservación y gestión de los océanos, que forma parte de la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.
Así, dijo, el equipo de la Universidad ha recolectado muestras de arena de la playa y marina desde finales de 2018 y su finalidad es dimensionar y comparar la acumulación histórica de los micro plásticos en países de América Latina.