CONTRAFILO

Admite fracaso; tomará las calles

José García Segura

El hartazgo social que llevó al poder a Andrés Manuel López Obrador

hace 4 años es el mismo que lo tirará del tabique en que se encuentra.

La política agresiva, de confrontación impulsada por el presidente

mexicano dio paso a la inconformidad manifiesta el domingo 13 en

nuestro país.

La marcha pro INE (no en favor del consejero presidente, que ya se va)

fortaleció al órgano electoral y a la democracia en México.

Tras la movilización y a pesar de ser “constructor” del movimiento que

ganó la elección presidencial de 2018, el senador zacatecano Ricardo

Monreal se convirtió, sin proponérselo, en líder de un movimiento

apartidista que “en una de esas” lo llevaría a la silla que ocupa su

antiguo jefe y amigo.

El precandidato presidencial dice que se sumará a la contramarcha

convocada por el Obradorato el jueves 27 por el Paseo de la Reforma,

la avenida Juárez y Madero hasta llegar al zócalo de la ciudad

capital.

Bueno, hasta la secretaría de Estado de Estados Unidos considera al

INE como «piedra angular” de la democracia mexicana.

«Estamos al tanto de las protestas para no tocar al Instituto Nacional

Electoral (INE) que tuvieron lugar a lo largo de México este fin de

semana», declaró el vocero de la dependencia.

El que está super enterado de las protestas, o al menos así parece, es

el presidente Obrador quien en horas recientes dio para atrás a su

intentona de reforma electoral, aunque anticipó que como predicador

que es (“el Creador aprieta, pero no ahorca”) encabeza la marcha

citada contra la ocurrida el día 13.

De acuerdo con el jefe de las instituciones nacionales, los

conservadores que participaron aquel día “tienen bastantes billullos”.

Enseguida se preguntó algo que no cabe en su mente: ¿cómo es posible

que valga lo mismo el voto del pobre que el voto del rico?

El presidente Obrador reveló un “plan B” en caso de ser rechazada su

pretendida reforma constitucional.

(En la marcha ciudadana) “no participó mucha gente…yo calculo que

por eso no vinieron al Zócalo. No hubiesen llenado ni más de la mitad

del Zócalo. Deben haber sido 50, 60 mil. El Zócalo se llena con 120

mil, estimó burlonamente el individuo más enojado con el movimiento

que unió, en su contra, a decenas, cientos, miles de personas.

Mail: josegarciasegura@gmail.com

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