Luis Froylan Castañeda
*EL OTRO MÉXICO, EL MÉXICO QUE REPUGNA
*MACIZO MENSAJE A MINISTROS Y PARTIDOS
*INSULTO Y DESCALIFICACIÓN, SU RESPUESTA
*RESPONDE CHIHUAHUA AL LLAMADO DEMOCRÁTICO
*EMPRESARIO LUIS CORRAL TOMA LIDERAZGO
Vi ancianos en sillas de rueda asistidos por familiares, otros en andadores valiéndose como podian, adultos mayores macizos levantando su credencial, familias completas acompañadas de sus mascotas, señoras con hijos jóvenes y pequeños. Vi también hombres y mujeres jóvenes enmarcando su foto en una enorme credencial de elector que en vez de nombre decía “Ciudadano Libre por siempre”.
En la Plaza del Ángel vi al otro México, al México esforzado en salir adelante con su trabajo, dedicación y talento, al México ilustrado, al que se prepara estudiando con la esperanza de un futuro mejor, el México culto y resuelto a vivir en democracia, al que aspira y sueña con gobiernos honestos, eficientes y democráticos, al que paga impuestos y genera riqueza. Es el México que repugna el presidente López Obrador, al que pretende desaparecer porque estorba sus planes de autócrata inacabado.
Mientras resista ese México no podrá consolidar su régimen de libertades canceladas, de instituciones peleles, el México de un solo hombre, una misma ideología y partido de estado. Político agudo, sabe que jamás perpetuará la autocracia con una oposición como la que el domingo saturó el zócalo de Ciudad de México y decenas de plazas en las capitales estatales, por eso el frenesí destructor contra el INE, quiere conducir el proceso electoral de la misma forma en que conduce al país; a capricho y sin pensar más que en sí mismo, en su disparatada obsesión de apuntar su nombre junto al de Hidalgo, Juárez, Madero, Cárdenas.
Pero la suya es una transformación regresiva, nos lleva a los años en que el gobierno organizaba las elecciones, contaba los votos, resolvía quien había ganado y declaraba la validez del proceso. Hacia allá nos arrastra el Plan B, dando la espalda a la lucha de generaciones por las que muchos mexicanos entregaron su vida. Es una iniciativa canalla, traidora, autoritaria, antidemocrática, infame, inequitativa, regresiva, inmoral, deshonesta, destructora, gandaya. Su propuesta desmantela los organismos electorales y reduce sus reglas a modo e interés del régimen, cancelando el derecho ciudadano al voto.
Pero el autócrata ha visto el poder ciudadano, está desconcertado. Tres ejemplos de ayer muestran su vileza y frustración: la grotesca manta de García Luna en el edificio de los diputados de la Ciudad, ofendiendo a los manifestantes con la canallada de que defienden al impresentable jefe policiaco; El retiro de la bandera nacional del asta gigante en el zócalo, negándoles el derecho a entonar el Himno Nacional frente a ella; y los cañonazos de humo, previos a la concentración, intentando disuadirlos con el pretexto infantil de la contingencia ambiental. Son expresiones rupestres que describen a un político siniestro y desesperado, capaz de incendiar el país con tal de mantener el poder por sí o a través de otros.
La ofensa infame y la descalificación vulgar es una conducta meditada, no impulsiva. En la mañanera de hoy volvió contra el otro México: “Cuando dicen que el INE no se toca, lo que hay que estar pensando es no se toca, que es lo que ellos quieren, la corrupción, la corrupción no se toca según ellos, los privilegios no se toca, el narco-estado no se toca. Esto es hablando en plata”. ¿Hablando en plata? El pueblo que detesta sólo pide certeza electoral, respeto al voto, que la sociedad decida quienes serán sus gobernantes… democracia. Es todo lo que pedimos, pero no aceptamos menos. A esa simpleza infame reduce la enorme inconformidad ciudadana, pero en el fondo la disputa -no discusión pues él frena cualquier intento de diálogo- está en la visión de dos países: el país de un solo hombre y el país de instituciones consolidadas.
Sin embargo lo que piense resulta irrelevante, el mensaje de ayer era para él, podría levantarse todo el país y él seguiría con su política destructora. El mensaje es, primero, para los ministros de la Corte, últimos garantes en la resistencia social en defender los derechos ciudadanos y, segundo, para los dirigentes de partidos opositores, invitándolos a despojarse de sus habituales mezquindades y tomar decisiones políticas pensando en la sociedad, no en sus pequeños intereses.
Orador principal en el zócalo, el ministro en retiro José Ramón Cossío, dejó muy claro el mensaje a los ministros: “Decirles a los ministros y ministras que confiamos en ellos, en su talente democrático y en su capacidad de comprender la gravedad de las decisiones que tomarán para preservar la vida democrática del país”; el mensaje a los partidos lo entregó la ciudadanía en sí misma, se volcó a las calles por iniciativa propia, no convocada por ningún partido o grupo político.
Los mexicanos advertimos el grave peligro que vive el país, el mismo López Obrador encendió las alertas sociales llevándonos hasta la orilla del precipicio. En torno a su demencial política destructora se generó la unidad ciudadana. Pero una o dos golondrinas no hacen primavera, necesitamos seguir firmes y unidos contra el autócrata inacabado, se consolida y adiós libertades.
Rompeolas
Siento legítima satisfacción y orgullo, los chihuahuenses respondimos al llamado de la democracia ¿Cuántos fueron? Entrar al detalle de las cifras sin una métrica válida es inútil. Pero puedo decir que vi la plaza del Ángel a reventar y media llena la explanada contigua, cientos haciendo sombra en los escalones de palacio, otros tantos o más guarecidos del viento en el edificio Héroes de la Revolución y no se cuantos bajo los viejos encinos. Todos convencidos de su responsabilidad social; preservar las instituciones democráticas exigiendo elecciones libres, legales y equitativas. Estamos haciendo nuestra parte, pero quizás sea necesario salir muchas veces más, el autócrata quiere consolidarse, no lo permitamos.
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Me dio mucho gusto ver a un chihuahuense como Luis Corral tomando el micrófono. Luis ha sido uno de los “dueños del pueblo”, cuando no el único, que sinceramente no ha reparado en dinero, tiempo y esfuerzo en la campaña por frenar la locura destructora del país. “Nos dejamos y nos carga el payaso”, me dijo cuando lo felicité por su compromiso con Chihuahua y el país. Esa frase coloquial es pertinente; dejamos que la dictadura avance y el payaso se carga al país completo. Ojalá otros hombres de dinero sigan el ejemplo de Luis, lo digo sinceramente, porque sería muy tarde cuando los sindicatos de sus empresas se conviertan en cooperativas y les quiten el control con apoyo del gobierno autócrata. Entonces ya ni llorar sería bueno y aquí aplico una enseñanza que nos dejó Gandhi, con la cual abrió Luis su participación: “mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así por que no nos animamos a pelear”. ¿Qué hacen los pasivos de hoy mientras la dictadura avanza? ¿Qué dirán a sus hijos o nietos el día de mañana?. Son momentos de definiciones.
