Por: Arturo García Caudillo Agencia Libertad ANI (México, 08 de diciembre de 2022).- “¿Hasta cuándo durará en un cargo que todos los días desprecia y desprestigia?”, así recibió el senador del Grupo Plural, Emilio Álvarez Icaza, a la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra, quien este miércoles compareció ante el Pleno de la Cámara Alta.
“Probablemente el signo más ominoso en su gestión es que su administración avale, legitime y convalide la militarización del país. Es una traición a su historia, a la lucha de generaciones en el horizonte democrático de México. Por lo anterior, sí me permito preguntar hasta dónde y hasta cuándo la indignidad para ocupar un cargo que todos los días desprecia y desprestigia con su conducta y la de su secretario ejecutivo”, explicó quien fuera presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Pero además le recordó su silencio ante el número cada vez más alto de homicidios en el país, los feminicidios y las desapariciones, que en el actual sexenio están desbordadas, y la acusó de servilismo en favor del Ejecutivo Federal.
Rosario Piedra era como los changuitos de la fábula: no se inmutaba, no oía y no veía, simplemente comía cacahuates, revisaba su celular, tomaba agua, pero no ponía atención, no anotaba las preguntas, mucho menos miraba a los legisladores.
Una comparecencia de poco más de tres horas donde reinó la indiferencia de una mujer con chamarra y cabello rojo ante quien desfilaban las cartulinas de las senadoras del PAN.
Xóchitl Gálvez, Kenia López y Lilly Téllez levantaban las pancartas con los colores de Morena en las que podía leerse: “Rosario empleada de AMLO” y “CNDH subordinada a AMLO”.
Durante su turno ante el micrófono, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, Kenia López Rabadán, afirmó que para cumplirle al gobierno, Rosario Piedra le ha dado la espalda al pueblo: “Compórtese como empleada de los mexicanos y no como subordinada de López Obrador”.
López Rabadán fue más allá y enumeró un decálogo de cosas por las que Piedra Ibarra ha destruido a la CNDH, entre ellas el apoyo a la militarización, su silencio ante el desabasto de medicinas, el maltrato presidencial a los niños con cáncer y su acompañamiento en los ataques hacia el Instituto Nacional Electoral (INE).
PRESUME AUTONOMÍA DE LA CNDH
Previamente, la ombudsperson aseguró que la autonomía de la CNDH no es para presumirla en los foros o para que los académicos la halaguen y sólo sirve para beneficiar al pueblo.
“Ejercemos una autonomía que no es para presumir en los foros o para que alaben los académicos, sino que tiene como centro el interés de las víctimas. Nada ni nadie se ha antepuesto a este compromiso y ellas lo saben, esa es la autonomía de la CNDH puesta al servicio del pueblo. En la CNDH hoy no se acuerdan las recomendaciones, no se negocian. Lo puedo decir con la frente en alto y con orgullo, la CNDH hoy no trabaja para una minoría”, explicó.
Pero además, presumió que la PGR y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM ya no son los centros de reclutamiento de la CNDH, por lo que se contrata a personal de todas las universidades del país.
Y en cuanto a la recomendación que hizo para que el INE responda por hechos ocurridos en 1952 (cuando las elecciones eran manejadas desde el Gobierno Federal, Piedra Ibarra así respondió:
“La recomendación general 46/2022 no se puede retirar, pido se lea y se comprenda. No aborda la materia electoral, no se inmiscuye en las funciones del INE ni pretende rectificar sus decisiones, lo que pretende es incidir en una transformación del sistema democráttico para fortalecer las instituciones. Queremos la garantía de contar un órgano autónomo de cualquier poder constituido o fáctico, legal o supralegal, que asegure la transparencia electoral y el recuento efectivo de los votos, que se elimine por completo el control gubernamental y la prevalencia de los intereses partidistas. No queremos que vuelvan los tiempos de las elecciones controladas por el gobierno o por un partido, no queremos que se repitan los fraudes electorales que han marcado buena parte de nuestra historia”.
Sólo le faltó asegurar que el penal a Holanda en el Mundial de hace ocho años, y con el que México fue eliminado, “no fue penal”.
