El cuestionamiento de la animalidad humana en el cine. 6 de junio de 2022
Por Martha Margarita Dorantes Cordero
El cuestionamiento de la animalidad humana en el cine. 6 de junio de 2022
Por Martha Margarita Dorantes Cordero
El sacrificio del ciervo sagrado y Langosta, del director Yorgos Lanthimos, tienen dos cosas en común, Colin Farrel y una atmósfera envolvente que permite que ambas historias logren ser difíciles de digerir y al mismo tiempo conseguir que el espectador las adopte como una realidad de la que forman parte por al menos dos horas.
Este director nos propone un cuestionamiento de la naturaleza humana, por medio de metáforas con animales que más que depredadores son presas majestuosas, mismas que dependiendo de la circunstancias lograrían tomar el lugar de cazador con tal de sobrevivir, aunque se reconozcan como presas. su instinto de supervivencia los separa de sus grupos (cosa irónica ya que para sobrevivir necesitan a sus compañeros de especie).
Lanthimos nos deja ver un nuevo tipo de “humanidad” por medio de diálogos que parecen acartonados y faltos de sensibilidad, nos transmiten la banalidad de las emociones cuando nos encontramos en situaciones que implican nuestra salida del lugar cómodo al que estamos acostumbrados, haciendo énfasis en los errores como el recordatorio de nuestra mortalidad y la manera en la que estos nos obligan a actuar con cautela sin dejarle espacio a los sentimentalismos construidos alrededor de la concepción cristiana de la familia, cosa que llega a ser literalmente contradictoria en la película del sacrificio del ciervo sagrado, siendo Martin el vehículo de cuestionamiento que necesita la familia de Steven (la hamartia cometida por Steven condena a su familia). “…16Ysiloquenoquierohacer,esohago,estoydeacuerdoconlaley, reconociendo que es buena. 17 Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 18 Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no….” (Romanos 7: 16 – 18)
Estas películas condenan al espectador a mirar su realidad sin ningún tipo de delicadeza.