Por: Arturo García Caudillo
Agencia Libertad ANI (México, 02 de junio).- La crisis por la pandemia de covid-19 nos afectó a todos y resultó en un deterioro sin precedentes en muchas de las variables en materia de libertades civiles “no solamente entre las democracias desarrolladas, sino también en los regímenes que ya habían venido mostrando señales de autoritarismo”, aseguró la ex presidente de Costa Rica, Laura Chinchilla, durante la Conferencia Magistral Estacional de Primavera 2022 “Democracia y pandemia”, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE).
Chinchilla Miranda explicó que las crisis de la pandemia y de la democracia se han convertido en crisis globales y ambas han tenido múltiples canales de contagio y se han retroalimentado, sin embargo, “cuando hablamos de los problemas de la democracia en el marco de la pandemia, no estamos solos”.
En este sentido, agregó la militante del Partido Liberación Nacional, “la crisis de la pandemia resultó en un deterioro sin precedentes en muchas de las variables en materia de libertades civiles, no solamente entre las democracias desarrolladas, sino también en los regímenes que ya habían venido mostrando señales de autoritarismo. Prácticamente ningún país, con algunas muy honrosas excepciones, se libró de estas tendencias autoritarias que fueron propulsadas por la pandemia”.
Asimismo, “el tipo de acciones que demandó por parte de las autoridades públicas facilitó y normalizó los poderes de emergencia y provocó la concentración de más potestades en el Poder Ejecutivo y la reducción de espacios para la autonomía de otros poderes”.
Chinchilla estimó que la infodemia acentuó el impacto que la pandemia tuvo en la democracia, con fenómenos de desinformación, posverdad, polarización del debate público y “de creación de burbujas que dificultan el debate balanceado”.
Reconoció que antes de que ocurriera la pandemia, la democracia de América Latina ya se encontraba en un estado muy precario de salud, pues “varias democracias podríamos decir, estaban en estado de observación, algunas en cuarentena, otras en cuidados intensivos y algunas ya habían fallecido, ya habían sucumbido a las tentaciones autoritarias, como son los casos de Venezuela y Nicaragua, hace algunos años”.
Añadió que Latinoamérica, como pocas regiones en el mundo en las últimas cuatro décadas “abrigaron con tanto entusiasmo, como lo hizo esta región el ideario democrático. Sin embargo, es hoy la región, y esto duele mucho reconocerlo, que mayor deterioro está reportando en las variables democráticas, constatado por los distintos organismos que monitorean el estado global de la democracia”.
A este escenario se suma otro fenómeno en paralelo, que es el deterioro en la percepción ciudadana sobre la democracia, lo cual se muestra como un desencanto con las instituciones de la democracia representativa “y lo que es más grave, con el concepto de democracia misma”.
El ejemplo más claro de lo anterior y, explicó, es el reporte del Latinobarómetro, que sobre la confianza ciudadana en los partidos políticos y los congresos reportada en el 2020, arrojó 13 y 20 por ciento, respectivamente.
No obstante, reconoció, a nuestro favor, los latinoamericanos tenemos la resiliencia, pues “40 años de ideario democrático no es cualquier región, ha sido una de las regiones más exitosas en su proceso de democratización y la democracia en América Latina ya ha demostrado tener la capacidad de sortear muchas otras crisis en el pasado”.