*Ofrecerá concierto en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes
Por Luis Galindo
Agencia Libertad ANI (México, 8 de Junio).- A través de obras de Ludwig van Beethoven y Johannes Brahms, la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto y la participación solista de Jorge Federico, ofrecerá concierto, 10 y 12 de junio, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
La agrupación sinfónica, bajo la batuta del maestro Prieto, ejecutará el “Concierto para piano núm. 3 en Do menor, Op. 37”, de Beethoven (1770-1827), y la “Sinfonía núm. 3 en Fa mayor, Op. 90”, de Brahms (1833-1897), integran el programa de esta semana. El concierto se realizará a cabo el viernes 10 de junio, con repetición el domingo 12, en la Sala Principal, del máximo recinto cultural del país.
Distinguido con la Medalla Bellas Artes, el más alto honor otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Jorge Federico Osorio ha sido elogiado en diferentes países por su excelente maestría musical, vinculada a una imaginación vibrante y pasión profunda. Será este artista, nacido en México, quien interpretará la obra de Beethoven, informó el Inbal.
El pianista se ha presentado con las principales orquestas de Estados Unidos y Asia. Ha colaborado con renombrados directores, entre los que destacan, Rafael Fruhbeck de Burgos, James Conlon, Bernard Haitink, Manfred Honeck, Mariss Jansons, Lorin Maazel, Juanjo Mena, Jorge Mester, Carlos Miguel Prieto, Robert Spano, Klaus Tennstedt y Jaap van Zweden, entre otros.
Respecto a la obra de Beethoven, marca un punto clave entre todos sus conciertos; en esta obra el compositor deja atrás un primer estilo concertante que debía mucho a Mozart, para dar el primer paso sólido hacia un estilo beethoveniano más maduro y reconocible como suyo. La pieza fue publicada en 1804 por la casa Breitkopf y Hartel, y está dedicada al príncipe Luis Fernando, de Prusia, militar, pianista y autor de una docena de composiciones musicales.
En tanto, Johannes Brahms compuso su Tercera sinfonía en el verano de 1883 en Wiesbaden, desde un estudio de trabajo con vistas al valle del río Rhin. Aunque ésta es la más corta de las cuatro sinfonías de este compositor y quizás la menos interpretada en las salas de concierto, sobre ella escribió el autor argentino Alberto Ginastera
