Fallece el arqueologo Raúl Noé Matadamas Díaz

*Fue coordinador del proyecto “Arqueológico Bocana del Río Copalita”, en Bahías de Huatulco

Por Luis Galindo

Agencia Libertad ANI (México, 7 de junio).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lamentó el fallecimiento del arqueólogo Raúl Noé Matadamas Díaz, quien fue coordinador del proyecto “Arqueológico Bocana del Río Copalita”, en Bahías de Huatulco, ocurrido este martes en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca.

Matadamas Díaz, quien se formó como arqueólogo en la Universidad Veracruzana, fue investigador del Centro INAH Oaxaca desde el 16 de abril de 1993, Matadamas Díaz y dedicó casi 30 años de su vida y nueve temporadas de investigación arqueológica a las zonas costeras de dicho estado.

Principalmente, Matadamas estudió Huatulco y el sitio arqueológico Bocana del Río Copalita, en Bahías de Huatulco, donde fue director del proyecto de investigación y conservación, hasta el día de hoy.

Con tras colaboradoras como Mirna Isalía Zárate y Sandra Liliana Ramírez Barrera, Matadamas realizó investigaciones arqueológicas que derivaron en valiosos datos antropológicos sobre las actividades sociales, económicas, políticas y religiosas de un asentamiento urbano en la costa de Oaxaca, cuyo origen data desde el Preclásico, prosperó en el Clásico y decayó en el Posclásico.

Mediante un comunicado del INAH se informó que en Bocana del Río Copalita no solo logró identificar los patrones culturales y así proponer la organización social de la región en esas épocas, sino que, desde la antropología física y el análisis macroscópico de restos óseos, determinó las principales enfermedades que afectaron en el pasado a dichas comunidades.

A la par de las excavaciones arqueológicas, Matadamas se enfocó también en la clasificación de materiales arqueológicos hallados en el sitio, siendo el más abundante la cerámica, seguido de lítica pulida y tallada y concha, principalmente asociada al consumo humano.

Otro aspecto que consideró relevante fue la apropiación de la información por parte de las comunidades locales para que tomaran en cuenta sus orígenes; asimismo, vio a la zona arqueológica como una pequeña fuente de empleo para los habitantes de la región que se mostraban interesados en participar en la conservación del patrimonio cultural.

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