Por Luis Galindo, Agencia Libertad ANI (México, 13 de Junio).- La desaparición de personas y la violencia en el país desde la década de los setenta, es el eje principal de la puesta en escena “Me apellido Guerra: documento escénico sobre la vida de Ana Luisa Guerra”, a cargo de la compañía Bardo Teatro, que se escenificará en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky, del 16 de junio al 10 de julio.
La obra teatral, bajo la dirección de Daniela Guillén aborda como temas centrales la memoria, los movimientos sociales y la construcción de la identidad política en un país que lucha por reivindicar sus derechos, informó la Coordinación Nacional de Teatro, mediante un comunicado.
Con las actuaciones de Alberto Palavicini, Daniela Guillén, Daniel Goel, Juliana Spínola, León Pablo, Luz Carrasco y Samuel P. Adorno, la pieza escénica no sólo narra fragmentos de la historia de esta mujer, sobreviviente a una cárcel clandestina en los setenta, sino también de la historia del país, continuidad funesta de aquella década.
Registros de entrevistas, notas periodísticas, artículos y otras publicaciones tratan de reconstruir la memoria de un momento concreto de la historia contemporánea de México.
La directora de escena, Guillén, comentó en entrevista cómo fue su inspiración para realizar este montaje, “fue a consecuencia de la historia de mi tía Ana Luisa Guerra Flores. Mi intención fue rescatar un fragmento particular de su vida”.
Abundó que la obra tiene que ver con lo ocurrido en el momento en el que Ana Luisa tuvo que vivir de manera clandestina y, por otra parte, también es una herramienta para representar la violencia que actualmente se vive en el país. Otro dato importante fue que al presentar su idea a los demás integrantes de la compañía se dieron cuenta que casi la mitad del equipo había tenido un familiar desaparecido, lo que provocó un cambio en la visión del montaje.
“El deseo de hacer presente lo ausente y de plantear interrogantes sobre la construcción del ser político actualmente, hicieron del proyecto un ejercicio de memoria que apuesta por la experiencia antes que la contemplación. Queríamos configurar un espacio que, junto con el público, reforzara lazos entre pasado y presente, a la vez que potenciara el encuentro como herramienta discursiva”, puntualizó la maestra Guillén.