Por: Ulises Rodríguez
Uno de los argumentos más utilizados por la oposición durante la discusión de la reforma judicial, el pasado mes de septiembre, fue la falta de imparcialidad en la integración del comité evaluador, sobre quienes recaería la responsabilidad de analizar a los perfiles que, finalmente estarían en la boleta en el 2025 para convertirse en juzgadores. Menos de un mes después, los dichos de los legisladores de oposición se cumplieron cuando, se dieron a conocer los nombres de Maribel Concepción Méndez de Lara, Ana Patricia Briseño Torres, María Gabriela Sánchez, Maday Merino Damián y Andrés Roberto Torres. Todos ellos, claramente vinculados a personajes como Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Rubén Rocha y del diputado Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la cámara de diputados.
Un argumento más que dijeron los legisladores fue que serían los gobernadores de MORENA los que propondrían a gente de su confianza para imponer a juzgadores a modo que pudieran servir a sus intereses. Con la publicación de la lista de aspirantes a ministros, magistrados y jueces, el tiempo también parece estar dando la razón a quienes advertimos el mismo riesgo que en tribuna dijeron los legisladores de oposición. Al menos, es el caso de Nayarit. En la lista de aspirantes registrados por el Comité de Evaluación del Poder Legislativo, llaman la atención 3 folios: el 52, correspondiente a José Gabriel Camarena Morales, aspirante a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el folio 1774, correspondiente a José Ricardo Carrazco Mayorga y el folio 1802, a nombre de Jorge Jonathan Castañeda Espinoza, éstos dos últimos aspirantes a magistrados de circuito del Poder Judicial de la Federación.
¿Por qué llaman la atención dichos nombres? Por obvias razones. El primero, es el del polémico Gabriel Camarena Morales, que cobra lo mismo como asesor jurídico del gobierno estatal que como representante del mismo gobierno en la ciudad de México. Más que eso, es reconocido como uno de los líderes de la mafia que opera en Nayarit las extorsiones oficiales y los despojos. Denunciado recientemente por uno de sus cómplices, el magistrado Rodrigo Benítez, quien en extensas narraciones publicadas en sus propias redes sociales ha dejado de manifiesto cómo Camarena cometía recurrentes actos de corrupción aprovechando las enormes facultades que le brinda el gobernador Navarro Quintero.
El segundo, es el maestro José Ricardo Carrazco Mayorga, hasta hace poco, secretario general del congreso y actual asesor del propio Gabriel Camarena. De Carrazco -a quien conozco de mi época de asesor parlamentario en el congreso de Nayarit- no tengo pruebas de la comisión de posibles delitos, pero sí de la forma en la que opera, desde hace tiempo, para cumplir la voluntad de Camarena Morales y sacar adelante las reformas que le permitan a su jefe llevar a cabo los latrocinios que hoy son del conocimiento de los nayaritas: él fue el artífice que operó las reformas para implementar el Fondo Soberano Nuevo Nayarit y la polémica reforma al Registro Público de la Propiedad, por citar apenas un par de ejemplos.
El tercer caso, el de Jonathan Castañeda, no es menos emblemático. Si tuviéramos qué definir a este muchacho, tendríamos qué decir que es el que hace el trabajo sucio. Invitado a la Auditoría Superior del Estado de Nayarit por Roy Rubio, en los tiempos del gobernador Roberto Sandoval, el joven aprendió muy bien a extorsionar alcaldes a cambio de dictámenes positivos por parte de la institución en la que laboraba. Él era el encargado de hablar con los alcaldes o con sus equipos y pactar los sobornos a cambio de que no hubiera observaciones. Jonathan ha sobrevivido los gobiernos de Sandoval, de Toño Echevarría y del Dr. Navarro Quintero por su cercanía con Javier Mercado, actual secretario particular del gobernador. Mercado Zamora ha sido un eficiente operador político-financiero durante las últimas tres administraciones. Corrupto reconocido, encontró en el aspirante a magistrado federal, un colaborador eficiente que le ayudara a hacer el trabajo sucio.
EL FACTOR DIANA
Diana López Zurita es una mujer muy poderosa. Hace poco, alguien de mucha confianza me dijo que, durante una charla donde al gobernador Navarro Quintero se le hablaron de los excesos de López Zurita y de Gabriel Camarena, el mandatario pidió suspender la plática.
-Me tienen aquí- habría dicho el gobernador Navarro respecto de López Zurita y Gabriel Camarena, al tiempo que alzaba la mano apretándola en puño, para enfatizar que no podía hacer nada contra ellos. La razón ya la hemos dicho: se sabe que López Zurita es la emisaria, en Nayarit, del poderoso grupo de huachicoleros que financian campañas de MORENA y que tienen fuertes intereses económicos en varias entidades del país. Es ella y la gente de Camarena los que cabildean en la cámara de diputados y en el senado de la república para que al menos una de las tres propuestas salga favorecida. Había escuchado de juzgadores que, eventualmente, se volvían delincuentes. Será un hecho histórico presenciar una conversión al revés.