Accidente de autobús en Perú deja al menos 37 muertos y 24 heridos

Al menos 37 personas murieron y 24 resultaron heridas el miércoles en el sur de Perú cuando un autobús con 60 pasajeros se precipitó por un abismo tras chocar de frente con una camioneta en un tramo curvo de la Panamericana Sur, informaron autoridades regionales. El vehículo, de la empresa Llamosas, había partido de la localidad de Chala (provincia de Caravelí) con destino a la ciudad de Arequipa.

“Tenemos una cifra de 37 fallecidos (…) además de 24 heridos”, dijo el gerente regional de Salud de Arequipa, Walther Oporto.

El accidente ocurrió de madrugada a la altura aproximada del kilómetro 780 de la Panamericana Sur, en una zona de quebradas profundas donde múltiples accidentes se han registrado en años anteriores. Reportes locales señalaron que, tras el choque con la camioneta, el autobús perdió el control y cayó más de 200 metros hacia el cauce del río Ocoña.

Equipos de bomberos y policías acudieron al punto para rescatar a sobrevivientes y recuperar cuerpos, en una operación complicada por la geografía y la inestabilidad del terreno.

Imágenes divulgadas por medios nacionales mostraron a rescatistas descendiendo por laderas escarpadas y a ambulancias trasladando heridos a hospitales de Camaná y Arequipa. La primera evaluación oficial no precisó la causa del accidente. Autoridades han apuntado en hechos similares a posibles excesos de velocidad, imprudencia al adelantar en curvas y fatiga de conductores en rutas de largo recorrido.

La magnitud de la tragedia la ubica entre los peores siniestros viales de los últimos años en el país andino, donde la siniestralidad en carreteras interprovinciales suele agravarse por tramos de alta pendiente, cañones y precipicios en los que un despiste puede devenir en caídas de gran profundidad.

La compañía operadora no ofreció comentarios inmediatos sobre el accidente, mientras el Ministerio Público y la Policía de Carreteras abrieron indagaciones para determinar responsabilidades penales y administrativas.

Por protocolo, la Superintendencia de Transporte Terrestre (SUTRAN) suele requerir a las empresas los registros del tacógrafo, hojas de ruta y controles de salida, así como el listado de pasajeros para verificar si hubo sobreventa o cambios de última hora, prácticas que complican la búsqueda de víctimas y la trazabilidad de los traslados.

Este tipo de percances, con autobuses que ruedan por abismos tras colisiones o despistes, ha sido recurrente en la Panamericana Sur y vías de la macrorregión sur. En reportes de años anteriores, autoridades locales han identificado puntos críticos alrededor del valle del Ocoña y accesos a Caravelí y Camaná, donde las curvas cerradas y la falta de barreras de contención robustas elevan el riesgo.

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