A pesar del enorme potencial del mercado laboral no se aprovecha en el país

*En los tres primeros meses la población ocupada sufrió un retroceso

* La generación de puestos fue impulsada por el empleo informal durante el último año

Agencia Libertad ANI (México 25 mayo).-Durante el primer trimestre de 2022 la población ocupada perdió más de medio millón de trabajadores, por lo que tuvo una caída trimestral de -0.9 por ciento.

La disminución se debió totalmente a la eliminación de más de 600 mil empleos informales; la población ocupada formal agregó 100 mil personas.

En un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad sobre el “Desempeño del Mercado Laboral Mexicano: Potencial Sin Aprovechar”, indicó que respecto al primer trimestre de 2021, la población con un trabajo aumentó en 3.1 millones de personas (un crecimiento de 5.9% anual).

Además, dijo, de la pérdida trimestral de empleo, la brecha laboral de 22.3 por ciento en el periodo muestra que 2 de cada 10 personas que podrían estar trabajando aportaron pocas o nulas horas laborales a la economía.

Hizo notar que en Tlaxcala, Oaxaca o la Ciudad de México, la brecha laboral es de más de 30 por ciento, mientras que en Querétaro y Jalisco es menor a 14 por ciento.

Al cierre del primer trimestre de 2022, abundó, las mujeres tuvieron una brecha laboral más elevada, ya que 26.9 por ciento de las trabajadoras potenciales trabajaron menos de lo que podrían o querrían. Por otro lado, la brecha laboral en hombres fue de 18.9 por ciento.

En total, subrayó, el potencial no aprovechado de la fuerza laboral es de 14.6 millones de mexicanos que no aportan su tiempo y habilidades a la economía remunerada. Indicó que 7.4 millones de mujeres no aportan las horas laborales que podrían a la economía, y 7.2 millones de hombres también tienen empleo insuficiente.

En los primeros tres meses de 2022, puntualizó, la población ocupada de México sufrió un retroceso. Al perder más de medio millón de trabajadores y trabajadoras entre el 4º trimestre de 2021 y el primero de este año, esta se redujo en -0.9 por ciento.

Aunque la población ocupada también sufrió reducciones durante los primeros trimestres de 2020 y 2021, las caídas fueron menores a la observada durante el mismo período de este año de -0.5 por ciento y -0.3 por ciento respectivamente.

Mencionó que los empleos perdidos al comienzo del año fueron, en su totalidad, informales. Entre el cuarto trimestre de 2021 y el primero de 2022, se descontaron 633 mil 84 puestos a la población ocupada en condición de informalidad, mientras que el empleo formal creció, al agregar 100 mil 996 empleos.

Así, puntualizó, el saldo neto de 532 mil 88 puestos perdidos se debió a la reducción en empleos informales, y a una generación de empleo formal que resultó insuficiente para compensarla. Esto recalca, una vez más, la vulnerabilidad en la que se encuentra la población que trabaja en esta condición, alertó.

En la comparación trimestral, la contracción del nivel de empleo durante el primer trimestre del año fue mayor para las mujeres, entre quienes se perdieron 240 mil 762 puestos, lo que representó una tasa trimestral de -1.1 por ciento. En el caso de los hombres,  el empleo se redujo -0.8 por ciento, equivalente a 291 mil 326 puestos menos.

En su comparación anual, precisó, el empleo creció 5.9 por ciento, equivalente a 3.1 millones de personas adicionales en la población ocupada. Con ello, hubo 56 millones 79 mil 123 trabajadores y trabajadoras al cierre del primer trimestre de 2022.

Señaló que entre el primer trimestre de 2021 y el de 2022, la generación de empleo fue más dinámica entre las mujeres, pues se agregaron cerca de 1.8 millones de puestos, lo que representó un crecimiento anual de 8.8 por ciento. Por su parte, el número de puestos para los hombres creció 4.1 por ciento, es decir, hubo 1.3 millones de ocupados adicionales.

En su estudio comentó que la generación de puestos fue impulsada por el empleo informal durante el último año, pues 6 de cada 10 empleos agregados entre el primer trimestre de 2021 y el primero de 2022 fueron informales.

Sin embargo, aclaró, la informalidad fue mayor entre las mujeres, quienes ocuparon 7 de cada 10 de los nuevos puestos informales durante ese periodo, mientras que solo 4 de cada 10 trabajos formales generados fueron femeninos.

La generación de empleo -en particular empleo formal- es fundamental para proveer de ingresos estables a la población, pero en México aún no es suficiente para emplear a los hombres y mujeres que quisieran trabajar.

Para medir esta insuficiencia, precisó, la brecha laboral resulta una herramienta útil, ya que toma en consideración tres poblaciones: la desocupada, la subocupada y la que no es económicamente activa pero está disponible para trabajar.

Al calcular la proporción que esta población conjunta representa respecto al total de la fuerza laboral potencial, sostuvo, resulta una tasa que nos muestra la cantidad de personas que, aunque están en posibilidades de trabajar, no pueden integrarse completamente al mercado laboral.

En el primer trimestre del año, acotó, 22.3 por ciento de las personas que podrían estar trabajando aportaron pocas o nulas horas laborales a la economía. De ese porcentaje, apuntó, 11.6 por ciento tenía la disponibilidad para hacerlo pero no buscó empleo por falta de motivación, 7.6 por ciento contó con un trabajo en el que laboraba menos horas de las deseadas y 3.1 por ciento buscó un trabajo sin éxito.

A pesar de afectar a 1 de cada 5 trabajadores potenciales, aclaró, la brecha laboral mejoró respecto al primer trimestre de 2021, ya que disminuyó 2.2 puntos porcentuales en relación con el 24.5 por ciento observado en ese período.

A nivel estatal, dijo, los habitantes de Tlaxcala, Oaxaca y Ciudad de México enfrentaron las tasas más altas, por encima del 30 por ciento, mientras que en Jalisco, Querétaro y Coahuila el mercado laboral tiene mayor capacidad para cubrir las necesidades de los trabajadores (con tasas que rondan el 14 por ciento).

A nivel nacional, mencionó, la brecha laboral está compuesta en su mayoría por la población que está disponible para trabajar pero que no está motivada para incorporarse al mercado laboral.

Como proporción de la fuerza laboral potencial, expresó, la desocupación tiene un menor nivel. Al cierre del primer trimestre de 2022, las mujeres tuvieron una brecha laboral más elevada, ya que 26.9 por ciento de las trabajadoras potenciales trabajaron menos de lo que podrían o querrían; de ellas, 17 por ciento se encontraron en disposición de trabajar, pero desmotivadas para buscar un empleo, principalmente por considerar que tendrían pocas posibilidades de acceder a él.

Por otro lado, la brecha laboral en hombres fue de 18.9%, impulsada por un 8.1% de trabajadores potenciales que se encontró subocupado.

Aunque los tres componentes de la brecha laboral muestran una insuficiencia en el mercado, reflejan distintas aristas del mismo problema.

La tasa de desocupación, una medida más tradicional para evaluar si la oferta de empleo cubre las necesidades de la población, mide a quienes buscan trabajo de manera activa pero no lo encuentran. Al interior de esa población, hay diferentes causas por las cuales un trabajador busca un empleo nuevo: ya sea porque perdió o terminó su empleo, renunció a su empleo, dejó o cerró un negocio propio, busca su primer trabajo, o por otras causas no especificadas.

Señaló que la tasa de desocupación nacional durante el primer trimestre 2022 fue de 3.45 por ciento,  es decir, casi 4 de cada 100 mexicanos en la Población Económicamente Activa no encontró trabajo. A inicios de 2022, agregó, el 53.6 por ciento de la población desocupada buscó un trabajo debido a la pérdida de este, y el 5.1 por ciento por verse en la necesidad de cerrar su negocio propio.

Aclaró que el resto de la población desocupada decidió dejar su empleo de forma voluntaria (27.2 por ciento) o buscaba su primer empleo (10.9 por ciento). A nivel nacional, agregó, la duración de la desocupación tiende a ser baja: en el primer trimestre del año, el 74.9 por ciento de la población estuvo en desocupación por un tiempo menor a 3 meses.

A nivel estatal, las brechas regionales en la búsqueda de empleo son evidentes, ya que en la Ciudad de México, el estado de México y Coahuila más del 5 por ciento de las personas económicamente activas estuvieron desocupadas, en Michoacán, Guerrero y Oaxaca menos del 2 por ciento de esa población se enfrenta a este problema en el mercado laboral.

En general, aseveró, la tasa de desocupación en México tiende a ser menor que la observada en otros países. Con cifras de la OCDE, Colombia o Chile, por ejemplo, mostraron tasas de desocupación de entre 10 por ciento y 15 por ciento en 2020, mientras que en Estados Unidos fue de 8 por ciento.

En contraste, precisó, la tasa en México durante ese año fue de 4.4%. Sin embargo, esto no significa que el mercado laboral mexicano esté dando empleo suficiente a la población. Por eso es necesario tomar en cuenta los otros componentes de la brecha laboral.

La subocupación, el segundo componente con mayor impacto en la brecha laboral, considera a aquellas personas que tienen un empleo, pero que trabajan menos horas de las que quieren o necesitan. Al interior de esa población, la principal razón de la subocupación fue que la actividad económica en la que las personas laboran actualmente fue afectada por una caída en su ritmo, y por ende -aunque las personas se encuentren contratadas- laboran una menor cantidad de tiempo, y/o enfrentaron caídas en su remuneración económica.

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