Sandra Cuevas frente al espejo

Por Ivette Estrada

“Soy una mujer del esfuerzo y la disciplina, con un carácter fuerte que ama mucho a Dios, su familia y México”, asevera Sandra Cuevas en tono suave, con palabras perfectamente moduladas. Su voz es el reflejo más nítido de ella.

En su galería, frente a un dúo de sandías de Rufino Tamayo, la ex alcaldesa de la delegación Cuauhtémoc comparte que en España se encontró con un político mexicano que aseguraba que Madrid era la Ciudad más bella del mundo.

Ella no dijo nada, pero pensó:

-¿Por qué si cree eso gobierna en México?

-Me cayó mal, así que nunca volví a hablarle.

Ataviada de negro y perfectamente maquillada, dice que posee metas claras y firmes. “Entre más adversidad enfrento, mejor trabajo”, menciona quien nació en Coltongo, Azcapotzalco, y vivió de los cuatro a los 20 años en el Barrio Bravo de Tepito, en la Ciudad de México.

El perfil empresarial de Sandra Cuevas es tan llamativo como su carrera política. Tras dejar la alcaldía de Cuauhtémoc, lanzó Sandra Cuevas Diamond Group, una plataforma con 10 marcas que abarcan desde el arte hasta el bienestar, con un claro objetivo: financiar su regreso político de forma independiente.

Una de sus hermanas “ya vive en el cielo”, la otra es enfermera y sus hermanos son comerciantes como su padre, que siempre los alentó a estudiar.

– “Somos una familia muy unida”, asevera con una sonrisa leve.

En 2015 la doctora en Derecho trabajada en la Secretaría de Relaciones exteriores cuando le notificaron que ya no tendrían trabajo. La razón le pareció desconcertante: “Por decisiones políticas”.

La política estaba en todo, tenía una transversalidad innegable.

– Me percaté que todo tiene que ver con la política. Ese fue el momento en que descubrí mi vocación, política social, no electorera.

La precedía un trabajo con niños y adultos mayores en una asociación civil. Después, ya como alcaldesa, creó las llamadas rutas de la alegría, eventos culturales y recreativos donde la gente se sentía feliz de compartir son su familia en esas verbenas.

Tuvo un atrevimiento: ejerció la política de manera diferente. Entonces “me empezaron a agredir mucho”

En 2022 Cuevas fue acusada de abuso de autoridad, robo y discriminación tras presuntamente agredir y retener a dos mandos de la policía capitalina, también fue suspendida provisionalmente por orden del Tribunal de Justicia Administrativa por presunto abuso de funciones al cerrar el Deportivo Guelatao sin justificación técnica. Se le tildó continuamente de clasista y se le presentó a la opinión pública como una nueva e insensible reina María Antonieta.

Aquella exhortaba, en 1789 a que el pueblo “comiera pasteles” mientras en 2022 a Sandra le descontextualizaron la frase “no me gustan los pobres”. En ambos casos se trataba de crear ante la opinión pública personalidades frívolas, discriminatorias y desconectadas de la realidad.

Sandra menciona: “Eso no es real. Para mi vale lo mismo un humilde trabajador que el presidente de un país. Habló igual a todas las personas. Creo en la igualdad”. Así, por su credo y conducta, por no ser como todos, le resulta extraño que la tilden de clasista y racista.

Comenzó una campaña de desprestigio y persecución política. Aparecieron leyendas urbanas como el lanzamiento de pelotas con billetes de 500 pesos, circular en un vehículo oficial sin placas, no reporta información clave sobre compras públicas ni contratos de publicidad oficial. También hubo inconsistencias en sus declaraciones patrimoniales…

Cuevas reconoce que no mide “consecuencias de sus actos”, como en un debate público con Dolores Padierna, en la que invitó a la ciudadanía a “desligarse de la Cuauhtémoc”. Se viralizó la frase, ganó la contienda electoral y tuvo la osadía de hacer las cosas diferentes.

“No sentía compromiso con mis colaboradores sino con la gente. Yo conocía los barrios, sus problemáticas e intereses. Era una pobladora más y sabía que tenía que trabajar por cada uno de los habitantes. Cumplí lo que prometí en campaña y mucho más”, dice quien ya prepara su regreso político “sin compromisos ni parridos, de forma independiente”.

Ricardo Monreal “se colgó de mi candidatura y se presentó a todos como un gran amigo. Cuando concluyó la administración se enojó conmigo por no devolverle la delegación”.

De pronto ella encontró que “rodo el trabajo que hice me lo quitaron. Ahora debo empezar de cero de nuevo”. Pero eso no le asusta: “desde niña me enfrenté a la adversidad y soy una buena estratega”, refiere.

La consejera de Cuevas es su madre, una mujer callada que siempre le dice: ¡hay hija, tienes mi inteligencia peo no mi carácter”.

Se autodefine: “No soy de las arrastradas con los políticos…yo tengo dignidad”.

En enero de este año su familia decidió irse a vivir a Querétaro. Pero yo me fui. Asumí que regresaría a la política. Nací para eso.

– ¿No se siente sola ahora que su familia está lejos?

– No. Siempre tengo la presencia de Dios. Él me permite estar tranquila, feliz y satisfecha.

– ¿Quién es Dios para Usted?

-Dios es el rey de todo. Y mi destino es seguir para honrar a Dios.

-¿Cuál es su religión?

-Soy cristiana.

Y mira entonces de frente, con la experiencia de quien se atrevió a ser diferente.

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *